«Mi madre me pidió que la acompañara a vender la casa. Había llegado a Barranquilla esa mañana desde el pueblo distante donde viví a la familia y no tenía la menor idea de cómo encontrarme. Preguntando por aquí y por allá entre los conocidos, le indicaron que m e buscara en la librería Mundo o en los cafés vecinos, donde iba dos veces al día a conversar con mis amigos escritores. El que se lo dijo le advirtió: «Vaya con cuidado porque son locos de remate». Llegó a las doce en punto. Se abrió paso con su andar ligero por entre las mesas de libros en exhibición, se me plantó enfrente, mirándome a los ojos con la sonrisa pícara de sus días mejores , y antes que yo pudiera reaccionar, me dijo: -Soy tu madre.» Vivir para contarla es, probablemente, el libro más esperado de la d écada, compendio y recreación de un tiempo crucial en la vida de Gabriel García Márquez. En este apasionante relato, el Nobel colo mbiano ofrece la memoria de sus años de infancia y juventud, aquellos en los que se fundaría el imaginario que, con el tiempo, dar ía lugar a algunos de los relatos y novelas fundamentales en la literatura en lengua española del siglo. Estamos ante la novela de una vida, a través de cuyas páginas García Márquez va descubriendo ecos de personajes e historias que han poblado obras como Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una muerte anunciada y que convierten Vivir para contarla en una guía de lectura para toda su obra, en acompañante imprescindible para iluminar pasajes inolv idables que, tras la lectura de estas memorias, adquieren una nueva perspectiva.
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Gabriel García Márquez
Nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, un pueblito de la costa atlántica de Colombia. Distinguido con el Premio Nobel de Literatura en 1982, publicó su primer cuento, "La tercera resignación", a los veinte años, y al año siguiente se inició en el periodismo. Durante más de medio siglo ejerció esos dos oficios, hechizado por "el amargo encanto de la máquina de escribir". Su talento narrativo hizo de él un escritor fascinante para miles de lectores. Considerado como el máximo exponente del "realismo mágico", sostuvo siempre: "No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad". Fue, en definitiva, el hacedor de uno de los mundos narrativos más ricos de significado que ha dado la lengua española en el siglo XX. Murió en Ciudad de México el 17 de abril de 2014.