Una bellísima novela de iniciación, de amor y de amistad, que habla también de arte y de la necesidad de contar historias.
En su juventud, cuando no sabía muy bien qué hacer con su vida, la parisina Paula Krast se marchó a Bruselas a estudiar arte. Allí conoció al tímido Jonas, por el que sintió un deseo no siempre correspondido, y a Kate, una escocesa pelirroja y escultural. El trío selló su amistad en esos años repletos de entusiasta creatividad y de sueños que después, con el tiempo, no siempre llegaron al puerto previsto.
Paula, que trabaja con la técnica del trompe-l’œil –es decir, con la pintura que imita a la realidad engañando al ojo humano; que, siendo representación, busca la apariencia de realidad–, seguirá un periplo vital que la llevará a los legendarios pero ya decrépitos estudios de Cinecittà en las afueras de Roma –donde trabajará en los decorados de Habemus Papam de Nanni Moretti y vivirá una fugaz relación amorosa con un italiano–; a Moscú, donde se está rodando una versión cinematográfica de Anna Karénina, y finalmente a las cuevas de Lascaux, donde nuestros lejanos antepasados pintaron escenas en las paredes para contar su historia, donde la necesidad de narrar para dar sentido a nuestras vidas dejó un testimonio primigenio…
Esta novela sutil y bellísima, rebosante de matices, nos habla de los sueños juveniles, de la amistad y el amor, de la evolución personal, de recorridos geográficos y vitales, de la creatividad, de la relación del artista con los materiales con los que trabaja, de la realidad y la ficción, del arte como un modo de buscar el sentido de la vida y de entendernos a nosotros mismos, de la necesidad que tenemos los seres humanos de contar historias.
«La autora contempla el arte de la pintura en perfecta simbiosis con su escritura fuertemente visual» (Marine Landrot, Télérama).
«Kerangal se interroga sobre lo que significa escribir un libro… Explora nuestra creciente necesidad de historias» (Gladys Marivat, Lire).
«Un estilo formidable… Plantea preguntas sobre la creación artística. O más bien sobre la reproducción de lo real en el arte» (Sean J. Rose, Livres Hebdo).
«Evocando los años de formación de tres adolescentes, nos invita a mirar de un modo diferente el mundo y el lugar que en él ocupamos cada uno de nosotros» (Pascal Ruffenach, La Croix).
«Resulta a ratos fascinante, siempre sensual, transpira vida por todos los poros de sus personajes. Habla de amor, de luz y de ese arte de altos vuelos que consiste en buscar un sentido a la vida que lleva uno. Es deslumbrante» (Pierre Vavasseur, Le Parisien).
«Una prosa de una intensa vivacidad, que combina la técnica y la poética, la sensibilidad y lo intelectual» (Raphäelle Leyris, Le Monde).